Durante décadas, la naturaleza termal ha estado presente en el cuidado de nuestra piel debido a sus múltiples beneficios. Esta esencia extraída de las profundidades de la tierra, viene cargada de minerales, azufres y distintos sulfatos, que la convierten en un excelente complemento para la protección del cutis, brindando propiedades calmantes, protectoras y de antiedad.